verdadera fe. No es suficiente impresionarse con los milagros como maravillas hechas por el poder de Dios; deben también entenderse como una revelación de quién es Jesús, y de su unidad con el Padre.14 Esto se pone de manifiesto por el hecho de que Jesús se reserva su mejor alabanza para aquéllos que, sin haber visto ninguna señal, creen (20:29). Esta fe sin señales no es simple credulidad sino una verdadera respuesta al testimonio de los discípulos, tanto hablado (17:20) como escrito (20:31). La
Page 391